Un mapa de riesgo es una representación gráfica de reconocimiento de los riesgos en el lugar de trabajo. A través de diferentes señales de diferentes tamaños y colores se señalan advertencias a los trabajadores sobre los peligros identificados. El objetivo es informar y educar, pero al facilitar la visualización de los riesgos realmente se contribuye a reducir la ocurrencia de accidentes de trabajo.
Para la realización de un mapa de riesgo efectivo deben participar de forma conjunta los equipos de higiene y salud en el trabajo (ya sean de la propia empresa o servicios externos), los gerentes o jefes de las diferentes áreas y los propios trabajadores.
A través de la realización del mapa de riesgo es posible recopilar la información necesaria para establecer el diagnóstico de la salud y la seguridad en el trabajo de la empresa. Además el proceso de elaboración del mapa de riesgo permite, durante su desarrollo, el intercambio y difusión de información entre los empleados y fomentar su participación en actividades de prevención.
Etapas de elaboración de un mapa de riesgo:
- Conocer el proceso de trabajo sobre el terreno;
- Identificar los riesgos en el sitio analizado, de acuerdo a la clasificación;
- Determinar las medidas preventivas necesarias y su eficacia
- Identificar la existencia de medidas preventivas ya adoptadas y su eficacia
Clasificación de los riesgos
Los riesgos están presentes en los lugares de trabajo y en todas las demás actividades humanas comprometiendo la salud y seguridad de las personas y la productividad de la empresa. Estos riesgos pueden afectar a los empleados en el corto, mediano y largo plazo, causando accidentes determinantes o lesiones y/o enfermedades profesionales o laborales, que se equiparan a los accidentes de trabajo.
Agentes de riesgo
Los agentes de riesgos pueden clasificarse en: químicos, físicos, biológicos, ergonómicos y mecánicos de accidentes.
– Agentes químicos: polvo, humos, nieblas, vapores, gases, productos químicos en general, etc.
– Agentes físicos: vibraciones, radiaciones ionizantes y no ionizantes, presiones anormales, temperaturas extremas, mala iluminación, humedad, etc.
– Agentes biológicos: gérmenes, bacterias, hongos, protozoos, bacilos, parásitos y virus. Caen en esta clasificación también escorpiones y las arañas, insectos y serpientes venenosas.
– Agentes Ergonómicos: trabajo físico pesado, posturas incorrectas, posiciones incómodas, repetitividad, monotonía, ritmo excesivo, trabajo nocturno, turnos rotativos, trabajo nocturno, jornada prolongada.